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EL ORIGEN IMPORTA
Hay historias que empiezan mucho antes de que alguien las cuente,
Una joya, al menos una joya que nace en SANZ, comienza en un lugar remoto, donde la tierra guarda silenciosamente aquello que algún día marcará un momento inolvidable en la vida de una pareja.
En la industria joyera global más del 20% del oro que circula proviene de minería ilegal, una actividad que deja un impacto devastador en comunidades y en la naturaleza. Justamente por eso, para nosotros el origen no es un trámite, es un compromiso.
Sustentabilidad
donde nace la belleza
Nos gusta pensar que la belleza de una joya no se mide solo en su brillo, sino también en la forma en que fue encontrada,
El oro y el platino que utilizamos provienen de refinerías suizas certificadas, en una industria donde el oro ilegal es
responsable de cerca del 10% de la deforestación en la Amazonía.
Nuestros diamantes nacen en territorios regulados, donde la actividad minera convive con programas que han permitido restaurar más de 200.000 hectáreas de vida silvestre en África austral.
Una joya verdaderamente hermosa no solo debe relucir por fuera, también debe hacerlo por dentro.
Personas
la historia detrás de cada piedra
Un diamante no aparece mágicamente en el mundo,
Antes de brillar en un anillo ha pasado por manos expertas, por familias que viven en comunidades donde esa actividad es parte esencial de su sustento.
La minería responsable proporciona empleos formales y seguros en regiones donde más del 70% de la población femenina lucha por acceder a oportunidades laborales. Por eso trabajamos solo con proveedores comprometidos con condiciones laborales dignas y con programas que apoyan educación y emprendimientos locales.
Creemos que cada pieza debe honrar a quienes hicieron posible su existencia,
No hay lujo más grande que la dignidad
Planeta
proteger aquello que nos da origen
La naturaleza es la artesana original, el resto de nosotros simplemente aprendemos a respetarla,
Por eso seleccionamos proveedores que protegen más territorio del que utilizan, invertiendo en programas de conservación que resguardan áreas equivalentes a más del doble de la superficie operada.
A nivel global la minería ilegal descarga anualmente más de 1.500 toneladas de mercurio a ríos y suelos, uno de los contaminantes más tóxicos del planeta. Nuestro compromiso es mantenernos lejos de cualquier cadena que produzca ese daño.
Cada joya SANZ es también un recordatorio de algo simple, lo que tomamos de la tierra nos obliga a devolverle algo a cambio.
Trazabilidad
una historia que puedes seguir
Queremos que cada cliente conozca la historia completa de su joya, desde el origen del metal hasta el engaste final,
En un mercado donde cerca de uno de cada cuatro diamantes pequeños circula sin trazabilidad verificable, ofrecemos claridad total en toda la cadena.
Nada se oculta, nada se pierde,
Todo queda registrado, transparente, como debe ser.
Cuando entregamos una pieza, entregamos también su historia,
Una historia limpia, ética y honesta,
Una historia que honra su origen, y a quienes la llevarán para siempre.